Una hoguera chispeante
tu conjunción de poemas,
oscuros tizones los versos, acaso...
pero dan lumbres
que se acribillan de chispas...
de aceite vegetal que combustionan
y ascienden/
a la cumbre volátil de la flama.
Es el curso de necesidades crepitantes
lo que devela el misterio de la luz...
y vences, no vences, fluyes...
en la inmutabilidad candente y candilar
del grueso mediodía
o en la música azul de la noche fría.
Se desboca de repente
el corcel del pensamiento
que mapea de su visión
aquellas manchas salpicadas
en geografía de latidos y continentes
que difusas, confusas, crean su vivir.
Debes navegar, poeta
las tormentas abisales
de vórtices rotundos
pensamientos, sentimientos...
Certera incertidumbre del azar,
amaneciendo
en la negrura de los días
o en la luz resplandeciente
de algún anochecer.
Fragancia de azahares
el vergel de nuestros sueños
acaso vida
latente de jazmines
¡acercando su lanza perfumada!
en el propio fenecer.
sin embargo
el tiempo memoriza su tiempo
y en el aleteo permanente del aire
flotará de los sueños
la lumbre
de nuestro oscuro y arcano vivir.
Autor: Juan Carlos Luis Rojas
tu conjunción de poemas,
oscuros tizones los versos, acaso...
pero dan lumbres
que se acribillan de chispas...
de aceite vegetal que combustionan
y ascienden/
a la cumbre volátil de la flama.
Es el curso de necesidades crepitantes
lo que devela el misterio de la luz...
y vences, no vences, fluyes...
en la inmutabilidad candente y candilar
del grueso mediodía
o en la música azul de la noche fría.
Se desboca de repente
el corcel del pensamiento
que mapea de su visión
aquellas manchas salpicadas
en geografía de latidos y continentes
que difusas, confusas, crean su vivir.
Debes navegar, poeta
las tormentas abisales
de vórtices rotundos
pensamientos, sentimientos...
Certera incertidumbre del azar,
amaneciendo
en la negrura de los días
o en la luz resplandeciente
de algún anochecer.
Fragancia de azahares
el vergel de nuestros sueños
acaso vida
latente de jazmines
¡acercando su lanza perfumada!
en el propio fenecer.
sin embargo
el tiempo memoriza su tiempo
y en el aleteo permanente del aire
flotará de los sueños
la lumbre
de nuestro oscuro y arcano vivir.
Autor: Juan Carlos Luis Rojas