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jueves, 6 de agosto de 2015

Desde el cénit

Esta piedra rugosa donde camino...
Estas olas que mi proa embiste...
Este furioso viento Norte
    que arroja espumas sobre mi pecho...
sólo elementos son,
de formas que se mecen,
de grava estremecida,
   arena y lodazal...
Cimental geografía donde transita
   el sino misterioso en que navego.

No hay más poder
   en cada quien,
que el centro donde gravita.
Batallar de microcosmos
en la esfera construida de elipsis
en el vibrar de espines
protones
neutrones
en el centro grave del espíritu.

Sazona la sal en cada sal
y en el brillo de su albur
refleja al sol desprevenido.

¡Cuánto más habrá
de mi ceniza
en el cuenco matricial
donde renazco!

Si de chispas breves
multiplicada va la lumbre
es así que desde el cénit
de fotones invisibles
el corazón del sueño
y la razón
 alimentados.

Desde el cénit
se adiestra a la semilla
en esas banderas ocultas del amor
que encolumna esta marcha,
formación de redobles y mandobles,
sólo vistas en paisaje vigoroso
y de tal discernimiento,
único,
a la luz correspondida.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

Foto:  "Desde el balcón"- Almagro - Bs. As. 
Juan Carlos Luis Rojas


jueves, 10 de abril de 2014

Misterio de vivir


Domo de ángulo omnidireccional/
Cursor de carriles infinitos/
Matemática escondida en el absurdo/
Vértices incontables donde se arrima una vez más
   el pecho tangencial del universo.
Esfera que pavimenta mis pasos
   de números perdidos.

¿Quién pudiera acaso horadar
  el pellejo tenso y curvo
    de este misterio de vivir?

Una vez tras otra se dilatan
   en la gradiente térmica/
      intensa/
   sus campos oscuros y profundos.
Una vez tras otra se acampana/
muy dentro/
   el sonido estruendoso del pesar/
     y se derriten
        las alforjas de los sueños.

Rueda la esfera
  sobre cuerdas de tendones/
Tendones que rompen
    el diapasón cansado del andar.
Y vuelve el amor...
Reviven entonces
    las estrellas vencidas.

Todavía aprendo/
  a no domar este paseo sediento.
Sería caer
   sobre el potro encabritado
      de giros infinitos.

¿Quién pudiera acaso horadar
  el pellejo tenso y curvo
    de este misterio de vivir?

Olvidar la pregunta
  suele engendrar la dicha.
Callaré entonces
   la razón intelectiva del misterio

Autor: Juan Carlos Luis Rojas